El presidente Javier Milei anunció un nuevo conjunto de medidas económicas con el objetivo de reducir el gasto estatal y contener el déficit fiscal. El paquete incluye la fusión de ministerios, despidos en empresas estatales y la eliminación de subsidios a sectores considerados ineficientes. Según el mandatario, estas acciones buscan “terminar con décadas de derroche”.

Las medidas han generado reacciones mixtas: mientras sectores empresariales celebran el recorte, organizaciones sociales y sindicatos han comenzado a organizar protestas. Las principales críticas apuntan al impacto negativo que podría tener en los servicios públicos y en el poder adquisitivo de la población.

El ministro de Economía aseguró que estos recortes son parte del plan de estabilización que permitirá el ingreso de nuevas inversiones extranjeras. Sin embargo, economistas advierten que sin un programa de crecimiento productivo, el ajuste podría profundizar la recesión.

El gobierno también anunció la reapertura de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para reestructurar parte de la deuda externa. Esto podría generar alivio financiero en el corto plazo, pero a costa de nuevas condiciones de ajuste.

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