Hospitales públicos de varias provincias alertaron esta semana sobre una creciente escasez de insumos médicos, medicamentos y personal especializado. En Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, los directores de nosocomios advirtieron que la situación está afectando la atención en áreas críticas como pediatría y terapia intensiva. Atribuyen los problemas a retrasos en la distribución y al impacto de la inflación sobre los contratos con proveedores.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación reconocieron demoras en las entregas y anunciaron un refuerzo presupuestario de emergencia para asistir a los centros de salud más comprometidos. Sin embargo, los gremios aseguran que la medida es insuficiente y denuncian condiciones laborales precarias para los profesionales del sector.

En hospitales del conurbano, se reportan largas filas para turnos y falta de camas para internación. “No tenemos guantes, ni antibióticos básicos. Nos arreglamos con lo que hay”, comentó un médico del Hospital Paroissien. La situación genera creciente malestar entre los pacientes y familiares.

Organizaciones de la sociedad civil exigen mayor inversión y una estrategia federal para mejorar el acceso a la salud. Además, se reaviva el debate sobre la integración de los subsistemas público, privado y de obras sociales para optimizar recursos.

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