La “purga” de empleados públicos que no cumplen con sus funciones en la provincia también le llegó a los poderosos. En este sentido, el gobernador decidió terminar con la vieja política neuquina y solicitó la renuncia de su ex aliado Gutiérrez del directorio de YPF.
En el marco de su política de renovación institucional, el gobernador Rolando Figueroa pidió la renuncia de Omar Gutiérrez al directorio de YPF, marcando un nuevo episodio en la transformación del aparato estatal neuquino. La medida se inscribe en la línea de recortes y reordenamientos impulsados por el Ejecutivo provincial, que ya alcanzaron a numerosos funcionarios y empleados públicos considerados ajenos a los objetivos de la actual gestión.
La salida de Gutiérrez, exgobernador y figura central del Movimiento Popular Neuquino, simboliza el fin de una etapa. Figueroa busca consolidar una nueva forma de gobernar, basada en la transparencia, la eficiencia y una mirada estratégica sobre el rol de Neuquén en el desarrollo energético nacional. En ese contexto, consideró que su antecesor no representaba adecuadamente los intereses de la provincia dentro de YPF.
“No hay privilegios en esta etapa”, señalaron desde Casa de Gobierno, en alusión al criterio con el que se están revisando todas las designaciones públicas. La decisión de Figueroa también envía un mensaje hacia el interior del poder político neuquino, en el que la permanencia en cargos ya no se asegura por vínculos personales o históricos.
Con este movimiento, Figueroa refuerza su imagen de ruptura con la vieja política y profundiza su discurso de “neuquinidad”, apuntando a un modelo de gestión centrado en el mérito, la planificación y la defensa activa de los recursos provinciales. La vacante en el directorio de YPF será cubierta con un perfil que represente esta nueva etapa.





