El sistema de salud argentino enfrenta en 2025 desafíos significativos vinculados a cobertura, infraestructura y financiamiento, en un contexto de recuperación postpandemia. Según datos del Ministerio de Salud, la inversión pública en salud alcanzó el 7,8% del PBI en los primeros ocho meses del año, un incremento respecto al 7,2% de 2024, destinado principalmente a hospitales públicos, programas de vacunación y fortalecimiento de la atención primaria.

La cobertura sanitaria sigue siendo desigual entre regiones. Mientras que en la Ciudad de Buenos Aires y en provincias como Córdoba y Santa Fe la mayoría de la población tiene acceso a servicios de calidad, en el norte del país y en áreas rurales persisten brechas importantes. Más del 15% de la población enfrenta dificultades para acceder a atención médica oportuna, según un informe del Observatorio de la Salud Argentina.

El fortalecimiento de la atención primaria es una prioridad. Programas de prevención y promoción de la salud buscan reducir enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y obesidad, que afectan a un porcentaje creciente de la población adulta. En paralelo, se implementan campañas de concientización sobre hábitos saludables y vacunación, logrando cobertura del 92% en las vacunas incluidas en el calendario nacional.

La infraestructura hospitalaria requiere modernización y ampliación. Según la Federación Argentina de Hospitales, más del 30% de los establecimientos presenta necesidad de actualización en equipamiento médico y tecnología, especialmente en diagnóstico por imagen y terapia intensiva. Inversiones recientes en hospitales de alta complejidad en Buenos Aires, Mendoza y Rosario apuntan a mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias y la atención de enfermedades complejas.

El recurso humano sigue siendo un desafío central. La falta de médicos, enfermeros y técnicos especializados en algunas provincias genera inequidades en la atención. Programas de incentivo a la formación y la permanencia de profesionales en zonas de difícil acceso buscan paliar esta situación, mientras que la telemedicina y las plataformas digitales se consolidan como herramientas complementarias para ampliar la cobertura.

De cara al futuro, la salud pública argentina depende de una combinación de políticas sostenibles de inversión, planificación territorial y modernización tecnológica. Mejorar la equidad en el acceso, fortalecer la prevención y asegurar la capacidad hospitalaria serán factores clave para consolidar un sistema más eficiente y resiliente, capaz de enfrentar los retos sanitarios de los próximos años.

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