Ante la cúpula industrial, Caputo volvió a defender la banda cambiaria afirmando que “en la mayoría de los países el dólar no flota libremente”, una comparación que buscó justificar el control cambiario pese al deterioro macroeconómico. También aseguró que la economía atraviesa “un punto de inflexión”, aun cuando la actividad continúa sin señales de repunte y la inflación erosiona cada mes la rentabilidad del sector.
El ministro omitió cualquier referencia a la debilidad de las reservas y no presentó medidas concretas para aliviar las restricciones que enfrentan las empresas. Su discurso se centró en relativizar la magnitud de la crisis y en pedir confianza sin fundamentos. Para la UIA, el mensaje confirmó que la administración nacional mantiene un rumbo incierto y carente de soluciones para la producción y el empleo.





