La última actualización del Ministerio de Trabajo muestra una tendencia preocupante: en agosto, el empleo privado registrado cayó a un ritmo seis veces mayor que el empleo público. El ajuste impactó especialmente en la construcción, el comercio y la industria manufacturera.
El dato se suma al informe del IIEP que reveló que el salario mínimo perdió 35% de poder de compra desde el inicio del actual gobierno. Para los investigadores, el deterioro simultáneo de ingresos y empleo configura un escenario de fragilidad social.
Los especialistas señalan que la recuperación dependerá del repunte del consumo y la estabilidad cambiaria. Por ahora, ninguno de esos factores muestra señales sólidas de mejora.





